Las hemorragias intracraneales durante el parto son sangrados que ocurren dentro del cráneo del recién nacido y suelen estar asociadas a complicaciones en el momento del nacimiento, especialmente cuando el parto es traumático o mal gestionado. Estas hemorragias pueden afectar diversas zonas del cerebro —como los ventrículos, la corteza cerebral o las membranas que lo recubren— y se consideran una de las formas más graves de daño cerebral neonatal.
Aunque algunas pueden estar relacionadas con partos prematuros o condiciones médicas previas, en muchos casos se deben a errores evitables, como el uso incorrecto de fórceps o ventosa, el manejo inadecuado de un parto prolongado, o la falta de actuación ante signos de sufrimiento fetal. Dependiendo de su localización y gravedad, estas lesiones pueden provocar desde convulsiones neonatales hasta parálisis cerebral, discapacidades motoras, retraso en el desarrollo o, en los casos más extremos, la muerte del bebé.
Por su gravedad y consecuencias a largo plazo, las hemorragias intracraneales están directamente relacionadas con posibles casos de negligencia médica obstétrica, lo que abre la posibilidad de emprender acciones legales si se demuestra que hubo mala praxis en la atención durante el parto.
Tipos de hemorragias intracraneales neonatales
Las hemorragias intracraneales en recién nacidos pueden clasificarse según la zona del cerebro donde se produce el sangrado. Conocer estos tipos es esencial tanto para el diagnóstico médico como para detectar si ha existido una negligencia médica durante el parto.
- Hemorragia subdural: se localiza entre la duramadre (capa externa del encéfalo) y la superficie cerebral. Está estrechamente relacionada con el uso excesivo de fórceps o maniobras de tracción durante un parto complicado.
- Hemorragia subaracnoidea: ocurre entre el cerebro y la membrana aracnoidea. Puede pasar desapercibida inicialmente, pero es una de las causas más frecuentes de convulsiones neonatales.
- Hemorragia intraventricular: se produce dentro de los ventrículos cerebrales y es común en bebés prematuros debido a la fragilidad de los vasos sanguíneos. En muchos casos está relacionada con un manejo inadecuado del parto prematuro o falta de atención especializada.
- Hemorragia intracerebral: implica un sangrado dentro del tejido cerebral. Puede provocar daño neurológico severo, y su aparición suele estar vinculada a situaciones de asfixia perinatal o traumas durante el nacimiento.
- Hemorragia de la matriz germinal: afecta una región vulnerable del cerebro en recién nacidos muy prematuros. Aunque algunas pueden ser espontáneas, otras se deben a una deficiente monitorización fetal o a intervenciones médicas mal ejecutadas.
Causas de las hemorragias intracraneales durante el parto
Las hemorragias intracraneales durante el parto pueden tener su origen en factores médicos inevitables, como la prematuridad, pero en muchos casos están directamente relacionadas con errores humanos o mala praxis obstétrica. Identificar estas causas es clave para determinar si hubo negligencia médica en el parto y si procede una reclamación legal.
- Uso inadecuado de fórceps o ventosa obstétrica: aplicar una fuerza excesiva o mal posicionada al utilizar estos instrumentos puede provocar traumatismos craneales y sangrados internos en el neonato.
- Parto prolongado o complicado: la falta de actuación ante un parto que no progresa adecuadamente puede derivar en situaciones de sufrimiento fetal y lesiones por compresión craneal.
- Desproporción cefalopélvica: ocurre cuando la cabeza del bebé es demasiado grande para el canal de parto, lo que requiere una intervención adecuada y a tiempo. Si no se detecta o se actúa tarde, pueden producirse hemorragias intracraneales.
- Presión excesiva al extraer al bebé: ya sea manualmente o con instrumentos, la tracción violenta o inadecuada puede dañar los vasos cerebrales delicados del recién nacido.
- Prematuridad extrema: los bebés nacidos antes de tiempo presentan mayor vulnerabilidad en sus vasos sanguíneos cerebrales, y requieren un manejo neonatal especializado. La falta de recursos o atención cualificada puede agravar el riesgo.
- Hipoxia o asfixia perinatal: la disminución de oxígeno durante el parto, si no se detecta y trata rápidamente, puede desencadenar daños neurológicos severos y sangrados intracraneales.
Signos y síntomas en el recién nacido
Los síntomas de hemorragias intracraneales en neonatos pueden variar según la localización del sangrado, su extensión y la rapidez con la que se actúe. Algunos signos son evidentes de inmediato, mientras que otros pueden pasar desapercibidos en las primeras horas de vida, lo que hace fundamental una monitorización neonatal adecuada.
Entre los síntomas más comunes que pueden alertar sobre la presencia de una lesión cerebral neonatal, se incluyen:
- Letargo o falta de respuesta: el bebé se muestra excesivamente adormecido, con bajo nivel de alerta.
- Convulsiones: movimientos involuntarios, sacudidas o rigidez muscular pueden ser manifestaciones de hemorragia subaracnoidea o intracerebral.
- Llanto agudo e inconsolable: indicativo de dolor o presión intracraneal.
- Fontanelas (mollera) abultadas: la presión dentro del cráneo puede empujar hacia afuera la zona blanda del cráneo del recién nacido.
- Problemas respiratorios: dificultad para respirar sin causa aparente puede reflejar afectación del tallo cerebral.
- Tono muscular anormal: hipotonía (falta de fuerza) o hipertonía (rigidez) pueden reflejar daño neurológico agudo.
La detección temprana de estos signos, acompañada de estudios por imagen, es vital para iniciar un tratamiento oportuno y minimizar las posibles secuelas. Si se ignoran o se subestiman, puede constituir una forma de negligencia médica en la atención postnatal.
Diagnóstico médico
El diagnóstico de hemorragias intracraneales en recién nacidos requiere una actuación rápida y precisa. Ante la sospecha clínica o la presencia de síntomas neurológicos, el equipo médico debe realizar pruebas de neuroimagen para confirmar la lesión, determinar su extensión y planificar el tratamiento adecuado.
Los métodos diagnósticos más utilizados son:
Ecografía transfontanelar
Es una exploración inicial no invasiva que permite observar estructuras cerebrales a través de las fontanelas abiertas del neonato. Es especialmente útil en bebés prematuros
Tomografía axial computarizada (TAC)
Proporciona imágenes detalladas del cerebro, aunque implica exposición a radiación. Se usa en casos de sospecha urgente de sangrado activo.
Resonancia magnética (RMN):
Considerada la prueba más precisa para evaluar el daño cerebral neonatal, permite identificar lesiones intracerebrales profundas, isquemias o secuelas estructurales.
Una detección tardía o errónea del sangrado intracraneal puede empeorar el pronóstico del bebé y es considerada una falta grave en la atención médica. En situaciones donde se ignoran los signos de alarma o se retrasa el diagnóstico, puede haber base para iniciar una reclamación por negligencia médica obstétrica o neonatal.
Negligencia médica: cuándo puede haber responsabilidad legal
Una hemorragia intracraneal neonatal no siempre es consecuencia inevitable del parto. Cuando el daño se produce como resultado de una actuación inadecuada, tardía o imprudente por parte del personal médico, puede existir una responsabilidad legal por negligencia médica.
Algunas de las situaciones más comunes en las que se considera que ha habido mala praxis obstétrica son:
- Uso indebido de fórceps o ventosa: si estos instrumentos se emplean sin justificación clínica, de forma brusca o por personal no capacitado, pueden causar lesiones craneales severas.
- Retraso injustificado en realizar una cesárea: cuando no se actúa a tiempo ante signos de sufrimiento fetal, falta de progresión del parto o desproporción cefalopélvica.
- Falta de monitorización fetal adecuada: ignorar patrones anormales en la frecuencia cardíaca del bebé puede derivar en hipoxia y daño cerebral.
- Ausencia de atención especializada en partos de alto riesgo: partos prematuros, con presentación anómala o antecedentes de complicaciones requieren un manejo experto.
En todos estos casos, si se demuestra que la lesión cerebral se pudo evitar con una actuación diligente, los padres pueden ejercer su derecho a reclamar una indemnización por negligencia médica en el parto. Para ello, será clave contar con pruebas médicas, informes periciales y asesoramiento jurídico especializado.
Importancia de contar con asesoría legal especializada
Los casos de negligencia médica durante el parto que derivan en hemorragias intracraneales requieren un abordaje legal preciso y especializado. No se trata solo de intuir que hubo un error: se necesita demostrarlo con pruebas médicas, evaluaciones periciales rigurosas y un conocimiento profundo del derecho sanitario.
En el despacho Rafael Martín Bueno, llevamos años trabajando exclusivamente en negligencias médicas obstétricas. Sabemos cómo investigar cada detalle del parto, detectar fallos en la actuación médica y traducir esos errores en argumentos legales sólidos que respalden una reclamación. Nuestro objetivo es claro: conseguir la máxima indemnización para las familias afectadas y justicia para los menores que han sufrido daño.
Contar con un equipo legal que entiende los tiempos, procedimientos y barreras del sistema sanitario puede marcar la diferencia. Si buscas asesoramiento real, experto y comprometido, estamos aquí para ayudarte.