Sufrimiento fetal en partos

Sufrimiento fetal en partos

Entendemos por sufrimiento fetal cuando a través del monitor, la frecuencia cardiaca del feto se altera durante el seguimiento del parto. Cuando un médico sospecha la existencia de la pérdida del bienestar fetal, se toman medidas como, que la madre cambie de postura o bien administrarle oxígeno adicional, aunque si no hay resultados, entonces se debe extraer lo antes posible al bebé aunque en ocasiones sea demasiado tarde y se hayan producido ya lesiones al bebé ocasionadas por sufrimiento fetal.

Sufrimiento fetal: ¿Qué es y cómo reconocerlo?

El sufrimiento fetal agudo (SFA) o distrés fetal se refiere a aquellas complicaciones surgidas previamente al alumbramiento o durante el mismo que provocan una falta de oxígeno en el bebé. Estos cuadros de hipoxia pueden producir lesiones importantes y permanentes en el neonato y, en los peores casos, incluso la muerte.

El sufrimiento fetal se refiere a una situación en la que el feto experimenta una reducción del flujo sanguíneo y de la oxigenación en el útero. Esta condición puede ocurrir por diversas razones, como problemas en la placenta, disminución del líquido amniótico, hipertensión arterial materna, diabetes materna, infecciones, entre otros.

Cuando el feto sufre, el corazón comienza a latir más rápido en un intento de compensar la falta de oxígeno. Si la condición persiste, el corazón puede debilitarse y, en última instancia, el feto puede morir. Por lo tanto, es importante que se detecte el sufrimiento fetal y se trate lo antes posible.

Aunque, afortunadamente, el sufrimiento fetal no es una complicación habitual, su gravedad bien merece que le dediquemos atención. Como especialistas en Negligencias Médicas en partos recibimos consultas sobre esta materia, y queremos explicar qué herramientas tiene a su disposición la familia ante el error médico que provoque un SFA.

Síntomas de Sufrimiento Fetal

Debido a que el sufrimiento fetal agudo es una complicación de emergencia, los profesionales médicos deben tratar y manejar inmediatamente para evitar la EHI (encefalopatía hipóxico-isquémica) y una lesión permanente. Por ello tiene una importancia una rápida intervención por parte del equipo médico. Algunos de estos cambios en el sufrimiento fetal, se detectan por ciertos cambios en la frecuencia cardíaca, una disminución del movimiento fetal y en ocasiones sustancias anormales en el líquido amniótico.

Cambios en la frecuencia cardíaca

Uno de los signos más importantes de sufrimiento fetal es un cambio en la frecuencia cardíaca del feto. La frecuencia cardíaca normal de un feto en reposo es de alrededor de 120-160 latidos por minuto, y puede aumentar durante las contracciones uterinas o durante la actividad fetal. Sin embargo, en caso de sufrimiento fetal, la frecuencia cardíaca puede disminuir o aumentar fuera de los rangos normales.

En general, una disminución de la frecuencia cardíaca fetal por debajo de los 110 latidos por minuto es una señal de sufrimiento fetal agudo, y puede indicar la necesidad de intervención médica inmediata para salvar la vida del feto. Por otro lado, un aumento en la frecuencia cardíaca fetal por encima de los 160 latidos por minuto puede ser una señal de estrés fetal y también puede requerir intervención médica.

Es importante que los médicos y el personal de atención médica estén atentos a los cambios en la frecuencia cardíaca fetal durante el embarazo y el parto, y que tomen medidas inmediatas en caso de detectar signos de sufrimiento fetal para prevenir complicaciones graves para la salud del feto.

Disminución del movimiento fetal

El movimiento fetal es una forma importante de evaluar la salud del feto durante el embarazo. Un feto sano se mueve activamente dentro del útero materno, y la disminución o ausencia de movimiento fetal puede ser una señal de sufrimiento fetal.

Cuando el feto sufre, puede responder disminuyendo su actividad y movimiento fetal. En algunos casos, la disminución del movimiento fetal puede ser el primer signo de sufrimiento fetal, y puede indicar la necesidad de una evaluación médica más detallada.

Es importante que las mujeres embarazadas estén atentas al movimiento fetal y notifiquen a su médico si sienten una disminución en la actividad fetal. Los médicos pueden realizar una evaluación para determinar la causa de la disminución del movimiento fetal, lo que puede incluir una monitorización fetal, una ecografía, una evaluación del líquido amniótico, entre otros.

En caso de detectar signos de sufrimiento fetal, puede ser necesario un tratamiento médico inmediato para proteger la salud del feto. La falta de movimiento fetal puede ser una señal temprana de un problema más grave, por lo que es importante buscar atención médica de inmediato si se observa una disminución en la actividad fetal.

Presencia de sustancias anormales en el líquido amniótico

En caso de sufrimiento fetal, puede haber una presencia anormal de sustancias en el líquido amniótico que pueden indicar problemas en el feto. Por ejemplo, los niveles anormales de ciertas hormonas, proteínas y enzimas en el líquido amniótico pueden indicar una variedad de problemas, incluyendo la disminución del flujo sanguíneo al feto, la hipoxia fetal o la inflamación.

La presencia de sustancias anormales en el líquido amniótico puede detectarse mediante una amniocentesis, que es un procedimiento en el que se extrae una muestra de líquido amniótico a través de una aguja que se inserta en el útero materno. Esta muestra de líquido amniótico se puede analizar en busca de sustancias anormales y otros indicadores de sufrimiento fetal.

La detección temprana de sustancias anormales en el líquido amniótico puede permitir una intervención médica temprana para tratar el sufrimiento fetal y prevenir complicaciones graves para la salud del feto. Por lo tanto, es importante que los médicos y el personal de atención médica estén atentos a los signos y síntomas de sufrimiento fetal y realicen pruebas de seguimiento cuando sea necesario para proteger la salud del feto.

Consecuencias del sufrimiento fetal

La consecuencia más común del sufrimiento fetal en bebés, es la hipoxia o asfixia intraparto. Esta se da cuando no llega suficiente oxígeno al bebé.

La hipoxia produce un compromiso multisistémico, es decir, afecta a diversos órganos. El Sistema nervioso central, el cerebro, suele ser el más afectado ya que es muy vulnerable y tiene poca capacidad de regeneración. La secuela más común es la parálisis cerebral.

Otros sistemas que suelen verse afectados son el cardiovascular, el respiratorio, los riñones y las vías urinarias.

Tipos de sufrimiento fetal

Si bien el sufrimiento fetal es una situación bastante común durante las etapas finales del embarazo, conviene reconocer los síntomas inequívocos de los distintos tipos de sufrimiento fetal que existen; el sufrimiento fetal agudo y el sufrimiento fetal crónico, aunque es más común escuchar o saber de ésta complicación durante el propio parto aunque también es posible que éste se presente desde el embarazo.

Sufrimiento fetal agudo

El sufrimiento fetal agudo, se da en el momento del parto y conforma un 85% del total. Supone una emergencia y los profesionales sanitarios tienen que extraer al bebé lo antes posible. El sufrimiento fetal agudo se presenta de forma repentina y durante el parto, cuando la falta de oxigeno al bebé ocurre de forma brusca. En estos casos, es necesario provocar el nacimiento del bebé lo antes posible, ya sea por cesárea de urgencia o por vía vaginal, bajo constante vigilancia médica.

El sufrimiento fetal agudo es una emergencia médica que se produce cuando el feto no recibe suficiente oxígeno o nutrientes a través de la placenta. Esto puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo la compresión del cordón umbilical, la placenta previa, la ruptura de los vasos sanguíneos uterinos, entre otros.

El sufrimiento fetal agudo es una situación crítica que requiere atención médica inmediata. Si no se trata adecuadamente, puede provocar daño cerebral, discapacidades físicas y mentales, e incluso la muerte fetal.

Los signos y síntomas del sufrimiento fetal agudo incluyen una disminución significativa en la frecuencia cardíaca fetal, una disminución en el movimiento fetal, la aparición de meconio en el líquido amniótico, entre otros. Estos signos pueden indicar que el feto no está recibiendo suficiente oxígeno y nutrientes, lo que puede llevar a la hipoxia fetal y a otros problemas graves de salud.

En caso de sufrimiento fetal agudo, es necesario un tratamiento médico de emergencia para proteger la salud del feto. Esto puede incluir una cesárea de emergencia, el uso de oxígeno suplementario, la administración de medicamentos para estimular el flujo sanguíneo fetal, entre otros.

Sufrimiento fetal crónico

El sufrimiento fetal crónico, tiene lugar a lo largo de la gestación y de manera progresiva. En este tipo de casos, lo único que se puede hacer es adelantar el parto siempre que sea posible. Éste no se considera una urgencia o emergencia, ya que al ocurrir de forma progresiva, el bebé se adapta a las condiciones en las que se encuentra. En estos casos, se debe intentar corregir la situación para permitir que el bebé siga madurando hasta alcanzar un desarrollo y tamaño óptimos para su nacimiento.

El sufrimiento fetal crónico puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo la diabetes materna, la hipertensión arterial, la enfermedad renal, la enfermedad cardíaca, la preeclampsia y otros problemas médicos en la madre. También puede ser causado por problemas en la placenta, como la placenta previa o la insuficiencia placentaria.

Los signos y síntomas del sufrimiento fetal crónico pueden incluir una disminución en el movimiento fetal, un crecimiento fetal lento o insuficiente, la aparición de líquido amniótico con un volumen reducido y una disminución en la cantidad de líquido amniótico. A veces, no hay signos aparentes de sufrimiento fetal crónico, lo que hace que su detección sea más difícil.

El sufrimiento fetal crónico puede provocar una serie de complicaciones graves para la salud del feto, como el retraso en el crecimiento fetal, la hipoxia fetal, la insuficiencia cardíaca fetal, la discapacidad intelectual, la parálisis cerebral, entre otros. Por lo tanto, es importante que las mujeres embarazadas reciban atención médica regular y que se realicen pruebas para detectar cualquier problema de salud del feto o de la madre.

El tratamiento del sufrimiento fetal crónico puede incluir el control cuidadoso de los problemas médicos de la madre, la monitorización continua de la salud fetal, la administración de oxígeno suplementario, el parto inducido y otras medidas médicas para proteger la salud del feto.

Sufrimiento fetal en partos: Estado fetal no tranquilizador o riesgo de pérdida del bienestar fetal

Tradicionalmente se ha empleado el término de sufrimiento fetal ante la detección de alteraciones en el registro cardiotocográfico (RCTGF) o el pH del bebé. Estas herramientas permiten al equipo clínico detectar tempranamente complicaciones en el parto. Gracias a las intervenciones de rescate hemos visto, en los últimos tiempos, como los riesgos de muerte fetal, encefalopatía neonatal, parálisis cerebral y otros relacionados con la hipoxia durante el parto se rebajaban drásticamente.

Sin embargo, la International Cerebral Palsy Task Force detectó que las alteraciones en estas analíticas no siempre implicaban un riesgo en el alumbramiento. Por ello acuñaron el término “estado fetal no tranquilizador”. Este fue sustituido por la Sección de Medicina Perinatal de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia por “riesgo de pérdida del bienestar fetal”.

Todos estos conceptos hacen referencia al episodio hipóxico que, salvo que reciba una atención urgente y precisa, puede provocar secuelas irreversibles en el infante a causa de las complicaciones del parto.

 

¿Qué puedo hacer frente a un episodio hipóxico intraparto?

En el momento del alumbramiento no queda más opción que confiar en la pericia del equipo médico. Prevenir las lesiones derivadas de una hipoxia requiere experiencia, concentración y precisión.

El estado de la técnica actual ha permitido rebajar la encefalopatía neonatal a una tasa aproximada del 3,8 por mil. Sin embargo, estos episodios están relacionados con una elevada morbilidad neonatal y con morbilidad neurológica a largo plazo.

Por tanto, si el equipo médico no actúa diligentemente el bebé correrá graves riesgos. Incluso en el caso de sobrevivir a la intervención, los peligros para su salud serán elevados y constantes.

En este escenario solo tenemos en nuestras manos la posibilidad de reclamar la Negligencia Médica por sufrimiento fetal en el parto.

Negligencias médicas por sufrimiento fetal

Ante los signos del sufrimiento fetal agudo los profesionales sanitarios tienen que actuar rápidamente. Por tanto, han de realizar una cesárea de emergencia en el menor tiempo posible. Según los protocolos, esta tiene que darse en un máximo de 30 minutos. El tiempo que exceda ese límite será perjudicial para el bebé y podrá provocarle graves secuelas.

Las mujeres que estén llevando a cabo un embarazo de alto riesgo tienen que ser monitorizadas. El seguimiento más común es la monitorización cardiotocográfica fetal (RCTGF). Así como la determinación del equilibrio acidobásico fetal.

Estas pruebas ayudan a detectar de manera precoz la asfixia fetal intraparto. Los médicos tienen que valorar estos signos correctamente y no descartar ninguno de ellos. El hecho de obviar algún indicio puede conllevar una negligencia médica.

Negligencia Médica por sufrimiento fetal

Estamos ante una Negligencia Médica siempre que de la actuación negligente de los sanitarios se derive una lesión. No se dará el caso, por tanto, en los casos de fuerza mayor o de circunstancias imprevisibles o irreversibles.

Si los médicos no actuaron conforme a sus protocolos o las normas razonables de la profesión podremos exigir una indemnización al centro de salud. Para ello disponemos de diferentes herramientas jurídicas, que dependerán de la naturaleza del centro (pública o privada) y de las circunstancias concurrentes en el caso.

Será necesario hacer un estudio previo, encomendado a un perito médico. Este estudiará el caso para detectar si el equipo sanitario actuó con la diligencia debida o la lesión se debe a su negligencia.

En caso de encontrarnos ante una Negligencia Médica podremos reclamar una indemnización, que nos ayudará a costear los gastos derivados del delicado estado de salud del infante y a garantizarle un nivel de vida adecuado.

¿Cómo reconocer una negligencia médica por sufrimiento fetal?

Como hemos explicado en otros artículos, dos son los elementos fundamentales que se deben acreditar para que se reconozca la negligencia médica:

  • En primer lugar, una mala praxis. Entendemos como tal una conducta que se aleja de los protocolos habituales. Si existen protocolos en la profesión sanitaria es porque su efectividad permite actuar a tiempo y salvar la vida o salud de los pacientes en la mayoría de los casos. Pero decimos la mayoría porque el cuerpo humano no es siempre idéntico y perfecto. Existen muchos supuestos en que la persona necesita de un tratamiento especial. Por ejemplo, cuando concurren patologías previas o hasta el momento desconocidas o cuando no responde como se espera a los tratamientos habituales.
    En estos casos debe primar la salud del paciente, por lo que el equipo clínico puede separarse en algunos casos de los protocolos sin que esta mala praxis resulte punible necesariamente. De otro modo se cortaría la posibilidad de que los médicos auxiliaran a todas aquellas personas que presentan peculiaridades estadísticas o en aquellos casos en que las circunstancias son adversas.
  • No seguir los protocolos, por tanto, es una posibilidad. Sin embargo, dada la efectividad de los mismos, este distanciamiento respecto de la técnica oficial debe responder a razones de peso. El médico debe actuar de un modo prudente, diligente, proporcionado. Y, sobre todo, de un modo acorde a sus conocimientos y experiencia personal y al estado de la técnica actual.

Por tanto, solo estaremos ante una negligencia médica por sufrimiento fetal en partos cuando el centro de salud haya incurrido en mala praxis (es decir, haya actuado contra los estándares de la profesión) y no lo haya hecho amparado en la lex artis (que es el pequeño margen discrecional que hemos descrito).

¿Se pueden reclamar todas las negligencias médicas?

Sí pueden reclamarse todas las negligencias médicas. El problema es que no siempre vamos a tener derecho a obtener una indemnización. Por ejemplo, en los casos en que la lesión se deba a causas de fuerza mayor o que no se puedan imputar al equipo sanitario se complicará la reclamación, pudiendo hacerse inviable.

De modo que el perito médico no solo tendrá que ayudarnos a acreditar que se ha producido la negligencia, sino que también tendrá que auxiliarnos a la hora de establecer un nexo causal entre la lesión y el comportamiento exigible al servicio de salud. Esta etapa ya es más jurídica que la anterior, donde se atendía a criterios prácticamente técnico-sanitarios.

Muchas veces la lid del abogado va a perseguir precisamente establecer este nexo de causalidad. Porque cuando no hay una relación de causa-consecuencia entre la conducta de los sanitarios y el resultado lesivo no es posible imputar este a aquellos y, por tanto, no es posible reclamar con éxito.

Nótese que aunque estemos centrándonos en las negligencias médicas por sufrimiento fetal, lo mismo resulta de aplicación a las secuelas que puedan afectar a la madre. Resultará fundamental realizar el mismo camino probatorio:

  • Concurrencia de mala praxis.
  • Abandono de la lex artis.
  • Imputabilidad al equipo interviniente.

Pruebas en las negligencias médicas por sufrimiento fetal

Como se comprobará, la primera etapa de las demandas de negligencias médicas por sufrimiento fetal es de estudio y documentación. La parte positiva en estos casos, es que generalmente se puede hacer un estudio de viabilidad antes de iniciar las actuaciones pertinentes.

Esto nos permite ahorrar a la madre el mal trago de pasar por los tribunales en aquellos casos en que la reclamación está condenada al fracaso: por ejemplo, cuando faltan los requisitos formales (al haber transcurrido el plazo) o materiales (como puede ocurrir cuando la lesión era imprevisible).

Además, las víctimas de negligencias médicas en partos solo tienen que aportar la documentación relativa al caso durante esta etapa. Es posible que el abogado tenga que hacerles alguna consulta o entrevista o que el perito necesite examinarlas. Pero fuera de estos trámites, generalmente será el despacho quien tome las riendas para que las personas afectadas puedan retirarse y dedicar tiempo a su recuperación y cuidado.

La indemnización por sufrimiento fetal

Dentro de la etapa probatoria hay una fase de especial complejidad, que es la cuantificación de la indemnización. En este sentido, cabe recordar que es necesario determinar el alcance de las lesiones para poder calcular el coste que tendrá restaurar un nivel de vida adecuado. Por tanto, la fase de cuantificación puede requerir algo de tiempo, no solo para realizar los cálculos y justificaciones adecuadamente, sino también porque las secuelas tendrán que consolidarse.

Si tenemos en cuenta que existen plazos para llevar a cabo estas demandas, la tarea de evaluación se complica. De hecho, en ocasiones tendremos que presentar la demanda antes de conocer con precisión los gastos esperados

Esta etapa es clave, porque los tribunales solo reconocerán las cuantías debidamente justificadas. Recordemos que la indemnización no puede dar pie a un enriquecimiento sin causa y que litigaremos contra compañías aseguradoras con mucha experiencia en este campo.

Por eso interesa contar con un despacho especializado en la materia, ya que de lo contrario podríamos ver nuestros derechos socavados. Además, los abogados que trabajamos en estas áreas sabemos que muchas veces se pueden evitar los juicios si llegamos a la mesa de negociación con una propuesta bien fundamentada.

Sufrimiento fetal: ¿Acuerdo o litigio?

Cuando se produce una negligencia médica por sufrimiento fetal e iniciamos demandas nos podemos encontrar con dos escenarios:

  • Que encontremos respuesta en la fase de negociación. El primer paso en estas demandas pasa por intentar llegar a un acuerdo con las personas responsables. Si hemos documentado bien el caso y sabemos que no solo tenemos la razón sino que podemos acreditarlo será más fácil llegar a un acuerdo.
  • Que la contraparte se niegue a pactar una solución y nos fuerce a acudir a los tribunales. En general, el juicio debería ser la última opción. Si llegamos ante el Juez tendremos la garantía de hacer valer nuestros derechos. Pero debido a los costes económicos y temporales, muchas veces es mejor intentar el acuerdo. Y destacamos lo de “muchas veces”, porque no es infrecuente que, a sabiendas de que se ha producido una negligencia médica con sufrimiento fetal, los responsables intenten minimizar su responsabilidad. De ahí que no resulte recomendable negociar o aceptar acuerdos sin la asesoría de un especialista como nosotros.

Estas reclamaciones son extremadamente técnicas, por lo que no podemos sino recomendar la consulta con especialistas. En nuestro despacho llevamos más de 20 años centrados en este tipo de asuntos, así que recomendamos el contacto con nosotros ante un caso de sufrimiento fetal en partos.

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